No sé si usted, que ahora me está leyendo, en su acicalamiento diario o festivo se habrá planteado que la fragancia en la que se envuelve procede de alguno de los productos genéricos que apunto en el título. Y tampoco sé si sabrá o le importará siquiera saber, cuales son las diferencias entre ellos.
Bueno, a pesar de que probablemente no le conozca, ya sé que usted se acicala con alguna de estas fragancias y que está interesado en conocer en qué se diferencian. ¿Qué cómo lo sé? Pues porque me sigue leyendo, ¡claro!
Si me pidiera algún concepto diferenciador entre estas elaboraciones le diría uno que creo es sintético y que se ajusta a la realidad y a la técnica, pues su elaboración la tiene y mucha: se denominan de manera diferente por la concentración en materias fragantes (aceites esenciales, aldehídos, extractos…) y por la duración del aroma resultante sobre su piel.
El agua de Colonia (así, con mayúscula porque se refiere a la ciudad de Colonia) es la más ligera y más fresca, es decir con aromas cítricos y herbales de gran impacto inmediato y poca duración por su alta volatilidad. Su concentración en aceites esenciales es la más baja, del 1 al 8% y por esa razón suele ser la más barata, popular y vendida en sitios no especializados. El porqué de su nombre se lo explico más tarde, no se lo pierda, es interesante.
El Eau de toilette tiene una concentración mayor, del 8 al 15% y además dura más en la piel, hasta tres horas. Es más cara, pues a medida que aumenta la concentración en aceites esenciales, las fragancias se encarecen.
Llegamos al tercer escalón: Eau de parfum. Alternativa a los perfumes por ser más barata que ellos y con buena permanencia, alrededor de 6 horas, tiene mayor intensidad que las dos anteriores y una concentración de aceites esenciales del 16 al 18%.
Y por fin, los perfumes. Intensos, embriagadores, son adjetivos que los escritores han prodigado al referirse a ellos, quizá por algunos de sus componentes como el almizcle que es una sustancia que se encuentra en los órganos genitales o en el perineo de algunos animales. El más caro es el del ciervo almizclero, que habita en el Himalaya y cuyo precio triplica al del oro. Se cuenta que fue Marco Polo el que lo trajo a Europa. Se extrae también de otros animales como ratas, felinos, monos, bueyes o escarabajos y de plantas como el hibisco. Su aroma es fresco, floral, suave y amaderado. Quevedo, cita en una de sus obras a un paisano que “venía muy sobaqueado de algalia”, y la algalia es el almizcle de una especie de comadreja que recibía el nombre de “gato de algalia”, aunque no pertenece a los felinos.
Y para terminar les contaré el porqué del nombre de la más humilde de las fragancias: el agua de Colonia.
Un perfumista italiano Giovanni María Farina de gran tradición familiar en la perfumería, se estableció en la ciudad de Colonia en 1.709 y a partir del “Aqua Mirabilis” -que era una fragancia producida en algunos monasterios italianos- desarrolló su propia fórmula a la que llamó “Aqua Mirabilis de Colonia”. A la fórmula original le añadió un toque especial a base de cítricos, especialmente de la bergamota cuyo nombre deriva del turco “bey armudu” o “pera de Bey”. Se produce en Italia, España, EEUU y Turquía principalmente y se utiliza en perfumería, alimentación (aromatizante, en mermeladas…) y su aceite esencial se obtiene de la piel.
Farina, en una carta a su hermano define así al agua de Colonia : “Mi perfume recuerda a una hermosa mañana de primavera después de la lluvia. Está hecho de naranjas, limones, bergamotas, flores y frutas de mi país natal. Me refresca mientras estimula mis sentidos y mi imaginación”. Uno de sus componentes era el romero, que no podía faltar.
Sigue comercializándose como “Johan Maria Farina” y la fabrica y comercializa la octava generación de la familia Farina. Su símbolo es un tulipán rojo.
Otra marca de Agua de Colonia es la 4711, derivada de la compra de la licencia de fabricación por la familia Müllens en 1.803. Los Mülhens vendieron la licencia a más de 20 personas, se apropiaron de la marca “Farina” y tras pleitos que duraron hasta 1.881, los tribunales le impidieron usar la marca “Farina”. A partir de entonces se comercializa como “4.711” número de la calle donde se ubica la fábrica de los Müllens.
Como fin de esta entrega, me permito recomendarles que salgan al monte que les rodea en esta primavera incipiente, pero adelantada, aspiren el aroma, la fragancia natural del campo que les rodea y quizá puedan experimentar como el orgulloso productor Farina: “…una hermosa mañana de primavera después de la lluvia”.
Agua de Colonia 4711
APROBACIÓN: “Yo, el abajo firmante, declaro mediante esta certificación, que el “AGUA ADMIRABLE” del destilador FEMINIS (Farina), posee las cualidades susodichas y hace mucho bien, particularmente a los temperamentos fríos, flemáticos, provenientes de causa fría y catarral, 1.727, 13 de enero, Colonia.
(L.S.) MATHIEU SEUTTER M.D. mpp
Eau de Cologne original (1709)