El campo no estaba florecido y el estado del romero no era el óptimo. Algunos individuos estaban bastante débiles y/o secos y se veía muy poco crecimiento desde la primavera pasada. Seguramente se debe al difícil y seco verano que hemos pasado, que no solo ha afectado a las poblaciones silvestres, sino (como tod@s sabemos) también ha hecho estragos en el campo.